martes, 5 de octubre de 2010

LA RATAS VUELAN DANDO TUMBOS


Desde su nacimiento en papel en 1939, el murciélago justiciero ha tenido una vida de lo más azarosa. Se las ha visto con rateros de tres al cuarto y alienígenas ultra-poderosos. Ha combatido la corrupción de los políticos y anulado la amenaza de meteoritos. Se ha dudado de su honestidad, de su identidad… ¡incluso de su virilidad! Ha tenido amigos fieles y traicioneros, enemigos gloriosos y ridículos. Ha volado, saltado, corrido, bailado, incluso se ha muerto, pero ni fiambre ha parado quieto ni un momento, y en el proceso se le ha ido avinagrando el carácter hasta un punto preocupante. ¿Qué le ha pasado al alegre enmascarado que ahora está que echa humo? El homenaje que la Mostra prepara para el 75 aniversario de DC comics es una excusa perfecta para analizar la evolución de su hijo más famoso en las pantallas. Un descenso a los Infiernos que certifica que Batman es el supertipo más esquizofrénico de Supertipolandia. Veamos porqué: 
 


1966. BATMAN
Dir: Leslie H. Martinson

En la década de los sesenta Batman era un chico serio en pijama que iba por ahí dándole la chapa a su aprendiz, un chiquilín llamado Robin. Ambos son los nietos perfectos vestido de licra y lo mismo aporrean tiburones de goma que desactivan plátanos-bomba sin perder la compostura. Dan risa, pero sus enemigos son peores. El Arlequín, Acertijos, la Mujer Gata y El Pingüino son un cuarteto de supercriminales patosos vestidos para un carnaval infantil. Si… Son buenos tiempos. Alguien ha vertido LSD en el agua de Gotham, porque en la ciudad todo son risas, tonterías y colorines y abundan los chascarrillos, los porrazos y los gadgets imposibles, como proyectores de espejismos, pistolas deshidratadoras o pulpos explosivos. El hombre murciélago luce el rostro de Adam West, todo un galán entregado al delirio, como si a James Bond se le hubiera ido la olla. Batman es feliz. La serie y la peli que protagonizan rubrican su optimismo. Ya al principio de la aventura una voz en off deja claro el buen rollo que flota en el guateque: “Queremos dar las gracias a los enemigos del crimen. Para ellos, y para los amantes de la aventura, de la excitación sin ataduras y de lo absurdo y lo extraño va dedicada esta película.” ¡Mola!


1989. BATMAN
1992. BATMAN VUELVE
Dir: Tim Burton

Son ya finales de los ochenta. Parece que Batman hace tiempo que se dejó los ácidos y el rollo ye-ye y se ha pasado la década bailando música de la nueva ola, porque está aburrido y gótico perdido. Tanto tiempo sin guateques le ha dejado tal cara de palo que se parece a Michael Keaton. Sus ropas coloristas se han vuelto negras, sus artefactos milagrosos se han quedado en el Cash & Converters y ahora vacila de tecnología punta, aunque no parece disfrutarlo. El zascandil de Robin ha desaparecido, seguramente harto de aguantar sus sermones y Gotham está oscura y sucia. Todo es una pena y un desastre. Hasta los supervillanos, que antes eran traviesos y canallescos, son ahora almas atormentadas que dan más pena que miedo y seguro que escuchan música Emo a escondidas. Ni siquiera el Joker se ríe por gusto, sino que luce una mueca sonriente por culpa de un cirujano borracho. ¿Y qué decir del grotesco Pingüino, abandonado al nacer ¡en Navidad! o de esa inexplicablemente solterona Michelle Pfeiffer ronroneando vestida de dominatrix? Se avecinan malos tiempos y Gotham City es la capital de la melancolía, con Tim Burton como alcalde y el dramático Danny Elfman de director de la banda municipal.

1995. BATMAN FOREVER
1997. BATMAN Y ROBIN
Dir: Joel Shumacher

En 1994 muere Kurt Cobain y los ejecutivos de la Warner deciden que ya esta bien de depresiones grunge y que tanta introspección va a llevar al suicidio al murciélago o lo que es peor, a la audiencia. Para reformar Gotham se contrata un nuevo director con un currículum increíble como animador de pubs de ambiente. Joel Schumacher “entiende” a su manera al personaje, y decide que lo que a Batman le hace falta es un amigo con derecho a roce y un poco de fiesta hardcore. La ciudad se llena de luces de neón, jaleo nocturno y mucho cuero y poco a poco nuestro héroe va recuperando la alegría a base de festuqui. Lo malo es que, como siempre que se abusa de  estimulantes artificiales, el pobre acaba saliéndose de madre y haciendo el ridículo más espantoso. ¡Menuda locura! La discoteca es un ir y venir de go-gos, chulazos, locas y cierragaritos. Arnold Schwarzenegger congelado de bajonazo, Jim Carrey enloquecida de drag queen, Alicia Silverstone y Drew Barrymore de mari-liendres e incluso un tipo tan recto como Tommy Lee Jones ¡tiene dos novias! La fiesta es tan loca que el pobre Batman entra en la discoteca con la cara de puerro de Val Kilmer y es hallado inconsciente años después en un after metamorfoseado en ¡George Clooney! Hasta ahora, los expertos dudan de que fuera Clooney realmente y ven más probable que los efluvios de de las sustancias con las que positivó la película el festero de Shumacher provocaran en los espectadores una alucinación colectiva. Porque es de sentido común que el verdadero Clooney nunca habría salido en una peli como esta, ¿no? ¿O sí?


2005. BATMAN BEGINS
2008. THE DARK NIGHT
Dir: Christopher Nolan

Después de la Love Parade con Shumacher, Batman está destrozado y abochornado. Los críticos han escupido sobre sus últimas pelis y ya solo las minorías étnicas llevan camisetas con la Batseñal. Todo lo que por la noche eran buen rollo y abrazos se ha tornado en drama al salir el sol y el murciélago sin alas parece una rata vieja en un charco de mugre. Christopher Nolan, un director prometedor que pasa por allí se apiada del súper-despojo y decide salvarle. Es así como surge la figura de El Caballero Oscuro, inspirada en comics realistas y sesudos como “Batman: Año uno” o  “Batman: The Man Who Falls”. Las dos pelis que protagoniza son sendos ejercicios magistrales de re-escritura. Batman se revela por fin como un ser contradictorio atrapado en una sociedad pre-apocalíptica igual de peligrosa que los villanos que la asedian. Incluso Heath Ledger, el actor que logra reinventar al Joker tiene una muerte trágica, contribuyendo a la leyenda de la nueva saga. Gracias a Nolan y al guionista David S. Goyer, el héroe ha vuelto triunfante y se mira orgulloso en el espejo metiendo tripa y sacando pecho. El nuevo Batman Oscuro ha salido del capullo convertido es algo que se parece a lo que era al nacer tanto como un toro a una sepia. Ahora impone, vale. Ahora es más cool. Sin embargo, por el camino se ha dejado no solo el desparpajo de los héroes de antaño, sino el sentido del humor y la alegría de vivir.

¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?
Que el sol se está poniendo en el mundo y los tiempos están oscureciéndose a una velocidad endiablada. Que saliendo de fiesta a quemar las naves no se solucionan los problemas. Que Robin tiene menos posibilidades de volver que el Naranjito. Que los superhéroes pueden morir, agonizar o deprimirse... pero nunca tienen tiempo de aburrirse. Que nadie debería seguir acusando a los superhéroes de superficiales con la de traumas que tienen. 
Y que Christian Bale puede molar, pero nunca sabría desactivar un plátano-bomba.


"Batman" y "Batman vuelve" de Tim Burton y "Batman Begins" y "El Caballero Oscuro" de Christopher Nolan podrán verse en la Mostra dento del ciclo 75 Aniversario DC Cómics.